martes, 25 de septiembre de 2018

Solucion final

Resarcir daños... Jamas fue el tema de mi canción, ni siquiera respecto de los auto - infligidos.
¿Como repatriar del exilio al que yo mismo desterré, los pensamientos transitorios que en un momento de tiempo me mutilaban en el reclamo por ser desmenuzados?
Después de caminar mucho desierto en el necesario éxodo del viejo hombre, buscando nuevos lugares que me inspiren, el alma me exige una pausa a modo de urgencia.
Obediente, me encuentro reposando en un bache temporal. Si quisiera permanecer fiel a mis raíces ejecutaría sonidos agresivos para apaciguarme, sin embargo algo ajeno me impulsa a escuchar...
"Estoy corriendo y no se si quiero parar, los recuerdos son los que me salvan".
Recuerdos...
Cuando miro hacia atrás, entre despojos y experiencias gratificantes, vuelvo a adolecer de quienes no creen en la redención. Su dialecto siempre es cruel, su misiva hace vanos, pero incesantes intentos de desfragmentar el rígido, tal vez utópico, concepto que construí hace un lustro como apreciación de lo que considero felicidad.
Y he ahí la ignición...
"Un fuego sin luz, nunca me guiara".
En el crisol de las contradicciones, la sensación certera de haber perdido la mejor alternativa que se presentaba como oposición a la condena que espera a todo hombre es inestimable. 
Perder para que otros ganen...
El plan b que que se aloja en el reverso del plan divino al que fuimos convocados.
Desempolvo el formulario atemporal que me otorgaron cuando huía del caos. Completo con mi alias el espacio vació que antes no sabia como llenar, porque ¿Quien mas se atrevería? Es mi destino. 
La brújula caritativa de quien siente que no puede, de la que dicho cursor es mi testimonio vigente de que pude y no quise.
Finalmente el desenlace encuentra su fundamento en lo que traiga en sus alforjas la nomenclatura que el hombre encontró para envestir su afán de control. 
Tiempo, te comparto el mio aunque este fuera de él.