lunes, 22 de septiembre de 2014

¿Porque si me hace bien me hace mal?

Es lunes, y con todas las connotaciones negativas que este día pueda albergar en su sola razón de ser, para mi es un día de ausencias... 
Desde que abrí los ojos, y la claridad fue descubriendo el entorno a mi visión, me sentí cubierto con un traje de algo que siempre creí superficial, algo contra lo que siempre luche por mantener distante, un traje de esos que te pones cuando tuviste algo por cierto tiempo, desapareció, y ahora lo extrañas...Por cierto un traje que sofocaba toda mis actitudes. Me econtre bajando de mi lecho con cierta pereza física, pero con el pensamiento en aceleración desmedida. Latía en mi pecho un corazón dividido a la manera cristiana, "Entre el gozo y el dolor" pero lejos de los padecimientos de cristo como debiera ser. 
En un momento esa cadena de pensamientos que circulaban en mi sistema nervioso central, que iba añadiendo eslabones a mucha velocidad, se freno... El ultimo eslabón, el ultimo pensamiento, el que me esta invadiendo de retoricas y capciosas, el que posiblemente me mantenga en este estado hasta que la calesita de otra vuelta como diría el bueno de casiperro. 
Pensamiento de entramado enredado, difuso, confuso. Difícil de creer.Difícil de explicar...
Siempre se recomienda ante la visita de esos pensamientos, analizar el contexto, revisar los días pasados mas próximos, volver y volver sobre los pasos, repasar los hechos como cualquier cronista hasta encontrar el origen del tal. Vaya sorpresa me encontré al seguir los pasos de este cruel proceso.
Sucede aveces que el corazón alberga anhelos que la mente desconoce, cosas y deseos que por su pureza, se anidan en la mas profunda intimidad. 
Los que creemos en el Dios autor y consumador de la vida, creador de todas las cosas, sabemos que lo que para nosotros esta velado, para el aparece claro. Esas cosas que están anidadas en el profundo del corazón, el las conoce, porque precisamente es el lugar donde habita en el hombre, donde escudriña los pensamientos, donde trabaja incansablemente...
Dios percibió en mi corazón uno de estos deseos, como dije, desconocido para mi y, tal vez para probar mi temple, tal vez para enseñarme una valiosa lección, decidió preparar los alicientes para que ese deseo se viera realizado. 
Es curiosa, de interesante análisis la reacción del humano, cuando el velo que protege dichos deseos se cae, y el alma le rebela a el resto del ser con voz bastante audible que aunque lo desconocías, lo esperabas. 
Algo que desde hace tiempo, y repito sin saber, esperaba vivir, algo que desde hace tiempo esperaba ver, me fue dispuesto en los días que anteceden  a este (perdón por mi falta de ética comercial) "maldito lunes". 
Apareció en mi vida algo que antes tenia, pero que merced a la poca de madurez que mi ser ha conseguido, me presento un escenario adverso en cuanto al transitar, pero que erróneamente prometía satisfacciones al concluirlo, y enceguecido me dispuse a caminar a paso lento como el que duda de todo. 
Recordé madrugadas de razonamientos con un algo de poéticos, halagos, confidencias, similitudes, sonrisas, en fin muchas cosas... De repente me vi envuelto en cierta atmósfera de alegría, motivada por la cosa mas bella que tal vez mis ojos de visión triste habían contemplado. Me sentí bastante bien.
Horas de coqueteo con viejas afinidades que mi alma había cosechado pese a su oscuro cosmos.
Pensaba en la eternidad, en la posibilidad de dejar el tiempo en el olvido y vivir en lo abstracto de una sonrisa de blanco marfil, en lo puro que una idea contiene por su divina inmaterialidad...
El sabio dijo una vez, que la alegría en esta tierra de lagrimas es efímera, y mientras distraído me reía de este proverbio, entro entro en mi corazón como el clavo de un ataúd...
Por estas horas entiendo que no tengo la madurez suficiente. Que hay todavía muchas cosas con las que no puedo lidiar solo, muchas de las cuales tienen origen en el motor del alma.
No quiero caer en la banalidad de expresar que lo bueno dura poco, pero en el silencio de mi alma, en mis conversaciones con el creador, siento la tentación de pedir mas tiempo...